InfoSUR

lunes, 31 de marzo de 2008

Sobre el campo que no sale en la tele

MOCASE VÍA CAMPESINA
Algunas memorias ante las protestas del 'campo argentino'
1- Nosotros, miembros de comunidades indígenas, campesinas y campesinos organizados en territorios, hacemos memoria de que la Tierra es un bien aún lleno de vida diversa, donde la humanidad y los pueblos quieren desarrollar los sentidos de la existencia.
2- Las grandes corporaciones de las cadenas agroindustriales vienen imponiendo a los pueblos y países un modelo de producción alimentaria cuyo único objetivo es la rentabilidad y concentración de la riquezas en pocas manos con la complicidad activa de gobiernos, empresarios y, en el caso del 'paro del campo', de los miembros de las cuatro entidades agropecuarias de Argentina.
3- El doble discurso de los dirigentes de la FAA, los ha llevado a un callejón sin salida. Sus prácticas reproducen el modelo de saqueo y contaminación tanto de la tierra, los territorios, como así también de su mentirosa pretensión de representar las luchas más genuinas de los movimientos campesinos en Argentina.
4- Este modelo neoliberal, de saqueo y contaminación, reproducen nuevas formas de colonización y genocidio. ¿Qué hicieron estas entidades cuando en la etapa menemista del neoliberalismo más salvaje desaparecían más de 200 unidades familiares de producción agraria?
5- ¿Qué han hecho y hacen esas entidades agropecuarias ante los asesinatos, cárceles, persecuciones, torturas y enfrentamiento con paramilitares y topadoras que sufren hoy miles y miles de familias de pueblos originarios y campesinos?
6- Dicen hacer el paro por el No a las retenciones y No a la desaparición de los pequeños y medianos productores, pero algunos empresarios y productores que han contratado matones para desalojar pequeños y medianos productores son miembros de esas entidades.
7- Rescatamos algo positivo de este paro de las entidades agropecuarias y sus miembros: se sacaron la careta de luchadores por un modelo de país digno, justo y para todos. Mostraron su verdadero rostro: creen que el país es para unos pocos que obedecen los dictámenes de las grandes corporaciones transnacionales de la alimentación.
8- Estamos en algo de acuerdo: el dinero de todos los impuestos tendría que estar controlado por todos, porque todas y todos pagamos impuestos en la Argentina, no solo los productores y empresarios del campo. Proponemos mecanismos de participación directa tanto de cómo producir riqueza como de la distribución de la misma.
9- Como un primer paso de acuerdos y consensos proponemos que el extra de las retenciones sirva para que no desaparezcan los pequeños y medianos productores, artesanos, artistas, deportistas, etc. Que esos fondos preparen el proyecto de una Reforma Agraria Integral con Soberanía Alimentaria. Estaticemos las exportaciones, que no queden más en manos de las grandes corporaciones transnacionales.
10- Con Vía Campesina decimos que la respuesta a la crisis global del precio de los alimentos: La Agricultura Familiar Sostenible puede alimentar el mundo. Los alimentos no pueden ser objeto de ganancias ilimitadas. La Biodiversidad es una riqueza de los pueblos.
11- Las organizaciones de campesinos, miembros de Vía Campesina, declaran que todos los acuerdos de libre intercambio tanto bilaterales como bi-regionales, llámense Tratados de libre comercio, Acuerdos de libre comercio o Acuerdos de partenariado económico, comparten la misma naturaleza. Estos acuerdos suponen un saqueo de los bienes naturales y sólo benefician a las empresas multinacionales, en detrimento del conjunto de los pueblos del mundo y el medio ambiente.
Secretaría de Comunicación del MOCASE VC

COMUNICADO DEL MCC
A propósito del paro agropecuario
La negación del campo profundo y la ciudad marginada Los piquetes del desconcierto hablan de campesinos de 4x4, pequeños productores de 300 hectareas de soja y de un campo que no es campo. Los cortes de ruta diseminados por toda la geografía provincial de la última semana, donde grandes máquinas y algunos hombres intentan poner a consideración pública una supuesta situación de injusticia ante las medidas tomadas desde el gobierno nacional, dan cuenta de la hipocresía profesada a la hora de hablar del campo, de nuestro campo.
Las organizaciones ruralistas (FAA, CRA, CARTEZ, SRA) de Córdoba se paran desde una posición de representación del sector rural hasta con la intención de llegar a un juego maniqueo en la dualidad campo-ciudad. Ellos hablan de un campo de trabajo, de esfuerzo, de productividad, de alimento, que vendría a sustentar el consumismo urbano centrado en el usufructo de los servicios y del confort. Ahora bien, en ese análisis, que es precisamente el que ha generado la discusión en los medios de comunicación, se está negando la verdadera y profunda realidad de la situación actual: la del campo profundo y, si se quiere, de la ciudad marginada.
Mientras estas organizaciones reclaman no más que el dinero que les permitiría continuar con la renovación de los modelos de sus camionetas año tras año y seguir sumando propiedades inmobiliarias en la Ciudad, el campo profundo y la ciudad marginada se debaten su supervivencia.
El campo profundo
Las organizaciones campesinas del la provincia de Córdoba nucleadas en el Movimiento Campesino, venimos reclamando desde hace ya más de ocho años medidas políticas profundas que impidan de una vez y para siempre la extinción del campo. Y aquí hablar de campo es hablar de vida rural, no de negociados rurales.
Empezando por la problemática de la tenencia de la tierra, que precisamente no se soluciona con medidas económicas de retenciones o de recurso para la compra o la venta, sino con el reconocimiento ancestral de la tenencia de la tierra en manos de quien la trabaja. Cuando hablamos de un campesino que comienza su jornada antes que el sol para mantener su producción de alimentos que después de injustas intermediaciones termina en el plato del habitante confortable de la ciudad o del sojero, que precisamente no consume milanesas de soja, o incluso del marginado de la ciudad, hablamos de otra economía, de otra vida que hasta el día de hoy, solo se a dignado a luchar para sobrevivir. Nuestra historia como Movimiento ya vivió piquetes, ya vivió reclamos variados, ya vivió movilizaciones y las seguirá viviendo porque las injusticias a las que estamos sometidos no se solucionan con un paro ni con miles. La posibilidad de que cada familia parada sobre esta tierra pueda acceder a situaciones de igualdad, en armonía con otras familias y con el ambiente del cual somos un elemento más, nos habla de un largo camino a recorrer, que en su debido momento puede optar por los mismos métodos de quienes hoy reclaman engordar aún más sus bolsillos. El campo profundo, nuestro campo profundo, no el de los que hoy están bajo un toldo mientras sus grandes maquinarias atraviesan el asfalto, ha demostrado que a pesar de las nefastas condiciones estructurales de producción y comercialización, tiene capacidad para abastecer a la provincia de los cabritos de fin de año, de los terneros que se engordan en los feed lots propiedad de los piqueteros oligarcas, de la miel orgánica que corrió la soja de la pampa y tantas otras cosas más. También a demostrado que a pesar de poder movilizarse cada tanto, no abandonará la lucha hasta lograr repoblar el campo en pos de una sociedad más justa, repoblar ese campo que los sojeros convirtieron en desierto con el amparo del sistema económico que rige en nuestro país desde hace tanto tiempo. El campo profundo reclama tierra. Reclama que esa tierra que es nuestra, sea reconocida por quienes tienen el poder, precisamente como nuestra, como el La Rinconada, La Envidia, Cañada Larga y El Medanito, por citar algunos casos. El campo profundo reclama que no se destruya más nuestro medio ambiente. Reclama ese medio ambiente donde desarrollamos nuestra vida y que permitirá que nuestros hijos, los hijos de la ciudad y los hijos de los sojeros puedan seguir viviendo. El campo profundo reclama agua. Reclama esa agua que es nuestra y no tenemos, para poder producir, para que esa agua no se transforme en el petróleo del futuro en manos de Roggio y Suez.

La ciudad marginada
¿Qué se dice de la ciudad marginada por estos días? ¿Por qué no se dice que los piqueteros fashion son responsables de haber depositado miles de campesinos en los bolsones de la pobreza urbana? ¿Por qué no se dice que el sistema judicial actual actúa en sintonía? Sin duda, no hay políticas para frenar el éxodo hacia las ciudades. Y eso no depende de las retenciones. Que el campo se muera no depende del aumento o la disminución de las retenciones. Depende de un modelo de provincia y de país. La FAA no dice por estos días que sus afiliados, con la complicidad del sistema político y jurídico de la provincia, desaloja campesinos en los departamentos del norte, como en el caso de Doña Ramona Bustamante. Campesinos que indefectiblemente terminarán sobreviviendo en la ciudad marginada, a base de bolsones y planes sociales que se pagan con las retenciones. La ciudad marginada también esta compuesta por miles de trabajadores rurales que, sojización mediante, quedaron desempleados. ¿De qué economía regional habla la Sociedad Rural de Jesús María? Allí en esa ciudad, imperio ideológico de la expansión de la frontera agropecuaria en el norte del país, desaparecieron los pequeños productores y no precisamente por obra de las retenciones, sino por obra de sus propio plan corporativo de concentración de la tierra. No olvidemos que esa Sociedad aplaudía con furia el plan económico de Videla y Martinez de Hoz. En esa misma ciudad hoy, muchas familias están en pie de guerra por ver a sus hijos intoxicarse todas las semanas con los agrotóxicos que los sojeros lanzan sobre sus vecinos, y hasta sobre sí mismos, en un claro ejemplo de barbarie. En resumidas cuentas, si la ciudad marginada tuviera que reclamar por la utilización del dinero que hoy hay en el país las rutas se cortarían los 365 días del año y en vez de cosechadoras, en el asfalto habría bicicletas como en el 2001. El principio de la negación En definitiva las sociedades ruralistas pretenden llevar este juego de reclamos y discursos a un duelo entre el gobierno y ellos, intentando poner al 'común de la gente' de su lado y con esa intención niegan la existencia del verdadero reclamo que debe emerger desde la sociedad. En ese juego la FAA se atribuye la representación de los pequeños productores. Entonces, si un productor de 300 hectareas de soja es pequeño, ¿qué tipo de productor es aquel que tiene 30 cabras o un sembradío colectivo de ajos y cebolla? Es más, ese mismo eje de análisis nos lleva cometer errores conceptuales que también son el sustento discursivo de este paro. Los pequeños productores de la FAA no producen alimentos en beneficio del pueblo, producen forrajes para la especulación en el mercado externo. Nuestro campo negado en este paro no piensa en el comercio exterior, por eso está lejos de discutir retenciones. Si la patriada ruralista fuera tal no tendría problemas con las retenciones porque produciría para nuestro mercado interno; mercado interno que hoy se caracteriza por las góndolas vacías y los tomates a 10 pesos el kilo.
De igual manera, como se entiende que la FAA que se atribuye la representación del pequeño productor y se sitúa en el rol de la víctima más víctima de este cruel gobierno, genera alianzas largamente sostenidas en el tiempo con la oligarquía terrateniente de la Sociedad Rural. A ver, despacio ... alguién que se insinúa rebelde y contestario, que hasta nos habla de reforma agraria, se sienta hoy a planificar piquetes con la oligarquia golpista ...
Al margen de este y de todos los paros y acciones que realice la alianza sojera, que por una lado despotrica contra el gobierno y por el otro le pide planes, programas y cargos, es necesario que se replantee una discusión más profunda sobre el campo y las ciudades. Y justamente, que en esa discusión lo negado y lo marginado, también sean de la partida.

Norte y Noroeste de Córdoba, 20 de marzo de 2008
Movimiento Campesino de Córdoba

El criterio de verdad es la realidad

Mario Mazzitelli , Secretario General del PSA y la posición oficial del partido respecto al paro del campo.

Si una medida de gobierno desata una furiosa protesta en decenas de miles de pequeños productores es que algo se hizo mal. Estos productores mayoritariamente votaron (el 28 de octubre de 2007) por el actual gobierno, Recordemos que la presidenta tuvo su peor performance en las grandes ciudades y sacó la gran diferencia en pueblos pequeños y medianos.
Reconocer un error es inteligente y corregirlo de sabios. Encapricharse entonces en sostener a rajatabla las medidas, porque reconocer el error es debilitar la autoridad presidencial, resulta por lo menos un acto de soberbia. Fustigarlos como "piquetes de la abundancia" es pretender un contrasentido, nadie que nada en la abundancia se plantea con semejante tesón los cortes de rutas en tan distantes y variados lugares del país.

La presidenta ayer convocó humildemente al diálogo. Eso resulta favorable. Creemos que superar esta difícil situación en beneficio de la población que está sufriendo el desabastecimiento y encarecimiento de los productos de la canasta familiar, es un dato positivo. También para los pequeños productores y el mismo gobierno. Veremos en las próximas horas el resultado.

¿Por qué decimos que teníamos razón? Por dos cuestiones:
1.- Porque ayer la presidenta reconoció por primera vez desde el inicio del conflicto que "este Gobierno popular siempre va a contemplar los intereses de los pequeños productores", los podría haber atendido desde el primer día y no hubiera desatado el "piquete rural". Y

2.- Porque el debilitamiento de los pequeños productores, por disminución o pérdida de rentabilidad de esas explotaciones, abre la puerta de una mayor concentración de la tierra. El pez grande se come al pez chico en la misma forma que los grandes capitales y propietarios se comen a los pequeños.

Verdades y criterios

La presidenta sostuvo: "¿Cómo vamos a estar en contra de abordar el problema del pequeño productor?, pero es que detrás de los pequeños productores se esconden otros intereses, los de los grandes pooles, que son los que están diciendo que es el Estado el que se quiere llevar toda la ganancia." Es cierto. Detrás del justo reclamo de los más pequeños se escondió el insaciable interés de los que más tienen. La oligarquía aprovechó la lucha para acrecentar sus hiperganancias. Pero la responsabilidad de haber aunado a este conjunto corresponde al gobierno que planteó una política indiferenciada para unos y para otros. Si la corrige bienvenido sea.

La Oligarquía

Pero inmediatamente Cristina emite un mensaje para los poderosos: "Quiero hablarle con la sinceridad absoluta y no estoy tampoco en contra de que alguien arme un fideicomiso financiero, un pool y trabaje, este es el capitalismo y esta es la rentabilidad." Claramente no está en contra de la oligarquía. Nosotros si. Creemos que hay que replantear integralmente la cuestión agraria. Abrir un gran debate. Elaborar un plan nacional. Mucho más amplio que el restringido instrumento fiscal que son las retenciones. Pero hay que erradicar del campo la peor de las malezas: la oligarquía.

La renta

Cambiaron las formas de producción, la tecnología, los conocimientos. Lo que no cambió es la apropiación indebida de una renta que por principio, al igual que la renta petrolera, minera o ictícola, debería pertenecer al conjunto de los argentinos. Apropiación indebida que hoy se asienta en los grandes dueños de la tierra, del capital, la tecnología, los frigoríficos, el acopio, el transporte, los puertos y los fletes. Hoy se llaman Cargill-Monsanto, Dreyfus, Bunge y Born, Nidera, Grobocopatel, entre muchos otros.

La dependencia

Además debemos tener en cuenta: que producimos -prevalece la soja transgénica-, para quien lo producimos -China y en términos generales el mercado mundial y para que lo producimos -para optimizar las ganancias del capital más concentrado-, a esto se llama capitalismo, el ámbito donde manda el capital y el mercado. Y donde los mandados y subordinados somos el pueblo, incluidos los pequeños productores.

Una política nacional

Una política nacional y democrática debería replantear alguno de estos temas:
- Democratizar la tenencia de la tierra.
- Poner fin a los mega-latifundios y a las grandes extensiones en manos extranjeras.
- Diversificar la producción. Crear Institutos que fomenten la diversificación.
- Agregar valor a la producción.
- Modelo nacional de gestión del comercio exterior.
- Junta Nacional de granos y carne.
- Dirección de elevadores.
- Relanzamiento del INTA.
- Inversiones en infraestructura: ferrocarriles, caminos, flota mercante.
- Nacionalizar los puertos.
- Fomentar industrias para el sector: agro-químicos, fertilizantes, semillas, maquinaria.
- Instrumentos fiscales: retenciones, subsidios, etc-

Que un amplio y democrático debate defina algunas líneas fundamentales de un proyecto agrario de cara a las próximas décadas, es la condición para comenzar a adoptar las medidas que conduzcan a ese cambio. Transformación, reforma o revolución agraria que ponga este bien común de los argentinos al servicio de los objetivos más nobles que, incluso, establece nuestra Constitución Nacional.

El miedo.
Comenzaron a circular versiones de golpe de Estado. Ya hay varios correos electrónicos circulando. Los cacerolazos, en algunos casos impulsados por sectores que pretenden la desestabilización del gobierno, dan pie a un fantasma: se viene la derecha. Las pancartas y voces reaccionarias que pulularon por las calles de Buenos Aires, en Plaza de Mayo y en Olivos reflejadas en el discurso de la Presidenta dan identidad al hecho. Y el amigo Luis D’elia encabezando el desalojo de la Plaza de Mayo de los caceroleros, pone pimienta al asunto. Sin embargo, quienes cargamos con alguna experiencia en la vida política de este país podemos sostener que no hay peligro de golpe, ni de desestabilización del gobierno. Al menos por ahora. De manera que la posibilidad de que exista una derecha al acecho no nos puede condicionar la visión sobre dos puntos:

1.- Que la política agraria, financiera, económica, fiscal del gobierno tiene un tinte claramente conservador. Bastaría comparar hoy y hace 10 años atrás, las grandes multinacionales, los grandes terratenientes, las empresas petroleras y mineras, los bancos, los acreedores externos, las empresas concesionarias del ferrocarril, los servicios públicos, los peajes, para observar que son las mismas. Son los ganadores de siempre. Muy poco ha cambiado. Todos los factores constitutivos de la estructura dependiente de la Argentina han sido conservados.

2.- Que pensemos con libertad el futuro. La Argentina no quedará estancada en estas estructuras. Toda América Latina cruje y nosotros no somos la excepción. Mayores niveles de bienestar y justicia son reclamados por una población postergada por varias décadas. Y el cambio por venir será inevitable. Los argentinos fuimos expropiados y saqueados durante años de neo-colonialismo. Con el consecuente deterioro social, económico, medioambiental, institucional y moral. Recuperar nuestros recursos y ordenarlos conforme dicte una verdadera democracia participativa es nuestro objetivo. Un nuevo ordenamiento social, económico, jurídico, cultural y político, es posible y necesario. No será el miedo el que nos detenga.

La Hija de la Pavota por Pino Solanas

El conflicto desatado con las retenciones a la renta agraria, esta dejando de lado a uno de los principales protagonistas de la crisis: el sector exportador y las multinacionales del cereal. Los Dreyfus, Bunge y Born, A.D.M, el grupo Cargill-Monsanto y otros, son los que mandan, fijan el precio y se apropian sin necesidad de una millonaria renta que ha llegado hasta un tercio del total. La Argentina es la hija de la pavota: de los cinco grandes países exportadores de granos, EEUU y la CEE subsidian la exportación cerealera e intervienen en apoyo de sus productores; los otros dos países -Australia y Canadá- mantienen el monopolio estatal sobre el comercio exterior a través de mecanismos similares a nuestra antigua Junta Nacional de Granos.

La crisis actual debe servir para replantear el conjunto del problema. ¿Cuál es la razón para ceder la renta y una política soberana e integral de sostén agrícola? No sólo para los productores de soja: ¿puede aceptarse que el productor de manzana o yerba mate reciba sólo el 10% del precio de venta? El desastre económico y social que significó la desaparición del 40% de los productores rurales que teníamos en los años setenta no puede aceptarse como irreversible. El otro tema grave que no puede soslayarse y parece ser el más temido, es la reforma agraria. De casi 500.000 productores pasamos a 300.000. Esas propiedades quedaron en manos de los bancos, grupos concentrados, terratenientes y sociedades anónimas. Hoy la mitad de la tierra pertenece a menos de 7000 propietarios y 40 millones de hectáreas pasaron a ser propiedad de extranjeros, incluso en áreas de frontera.

La expansión de la producción sojera está arrasando con la fertilidad de nuestras pampas, el bosque nativo y las tierras de los pueblos originarios contrariando la Constitución Nacional. La soja forrajera alcanza la mitad de la producción de cereales y el área sembrada llega hoy a los 35 millones de hectáreas, casi el 10% de la superficie total del país. Con certeza, el ingeniero Alberto Lapolla dice: "La sojización desenfrenada de la nación lejos de ser un hecho saludable, constituye un verdadero problema en expansión para la economía nacional y la protección de nuestro ecosistema agrícola, así como también para la vida misma de nuestros habitantes... Mientras los EE.UU. están tomando medidas para reducir la superficie sembrada con soja transgénica, pagando sobreprecios y más subsidios por la soja común, la Argentina sigue expandiendo la frontera sojera sin límite ni precaución alguna. "

Por la peligrosa tendencia al monocultivo sojero -el pasto-soja- nos estamos transformando de productores de alimentos en proveedores de forrajes para el mercado mundial. Desde Menem, hemos abandonando nuestra soberanía alimentaria, junto a la pérdida de los recursos minerales e hidrocarburíferos. El gobierno de los Kirchner ha profundizado el modelo agro-minero exportador: entregó el dominio total de los yacimientos a las provincias y éstas se lanzaron a prolongar -diez años antes de lo que marca la ley- las concesiones de Menem hasta el 2047. Santa Cruz ratificó hace dos semanas la prórroga del principal yacimiento de petróleo del país, Cerro Dragón, hasta su extinción definitiva. ¿Cuándo será el día en que la ciudadanía ocupe las plazas, bloquee las rutas y los puertos para impedir que se lleven nuestro petróleo y minería ? Los hermanos bolivianos dieron el ejemplo, cuando en octubre del 2003 rebelándose contra el envío de gas a EEUU.

La política de retenciones es justa y la han utilizado todas las naciones para desarrollarse. Pero debe distinguirse a los pequeños e indefensos productores, de los grandes y la Sociedad Rural. No se pueden meter a todos en la misma bolsa ni ocuparse sólo de las explotaciones de la pampa húmeda, mientras se abandona al conjunto de los demás cultivos agrícolas y frutícolas del país. El conflicto agrario no se soluciona con posiciones de fuerza o soberbia, ni mezclando la protesta de los pequeños chacareros con los poderosos que terminan exigiendo la anulación de las retenciones. El gobierno puede destrabar el conflicto cambiando el sistema propuesto por retenciones segmentadas que no graven de igual forma al chico que al grande: el 4% de los productores -sólo 2817- concentran el 60% del cultivo de soja. El 96% restante -71.898 productores- producen el 40%. Los enemigos de la renta agraria siguen siendo las multinacionales del cereal y la oligarquía terrateniente. Sólo con la puesta en marcha de una Junta Nacional de Granos y Carnes y un plan de desarrollo agropecuario que incluya la recolonización y el repoblamiento rural, podremos recuperar el conjunto de la renta y dejar de ser los hijos de la pavota.

Claudio Lozano* (Conflicto del Agro)

Se ha impuesto un modelo de alta concentración y dependencia tecnológica asentado en una matriz productiva que abandonó la perspectiva de una producción centrada en el desarrollo de alimentos de gran cantidad y calidad, al tiempo que consolida la producción de forraje barato (pasto-soja) para vender a China, India y a la Unión Europea, subsidiando la industrialización de estos países y paralizando la nuestra. Este proceso se hace a costa de debilitar la ganadería, la producción Láctea, la porcina, frutal, ovina, hortícola y demás producciones regionales.
Este modelo sojero además de romper la soberanía alimentaria de la Argentina, destruye puestos de trabajo y debilita a los pequeños y medianos productores ya que mientras la soja genera un puesto de trabajo cada 500 hectáreas, la economía familiar crea 35 puestos de trabajo cada 100 hectáreas. Situación que se empalma con el hecho de que la soja demanda más de 500 hectáreas para que una unidad productiva sea viable y autosuficiente.
Es en este contexto de debilitamiento de los trabajadores del campo (el 70% está en negro) y de debilitamiento de la pequeña producción rural, que debe inscribirse el conflicto actual. Se expresa en él la bronca acumulada de los pequeños y medianos productores (los que efectivamente sostienen los cortes) frente a un gobierno que jamás reconoció su situación y que hace gala de un discurso perverso (incluso dice querer "desojizar" el campo) cuando en función de la construcción de su caja fiscal fue hasta hoy socio pasivo del "boom sojero" por la vía de las retenciones.
La aplicación de retenciones en el marco de un Plan Nacional de Desarrollo Agropecuario que reoriente el destino del campo en función de profundizar la agregación de valor, generar empleo, repoblar el país, aumentar el número de productores, facilitar el acceso a la tierra, reforestar lo devastado, sanear las áreas infectadas por agrotóxinas y transgénicos y devolverle las tierras robadas a los pueblos originarios, tiene sentido.
Profundizar el uso de las retenciones sin Plan produce lo que hoy estamos viviendo. Conduce a que los productores más débiles vivan como única alternativa la mejora del precio internacional, y perciban a las retenciones como una creciente confiscación. Si es caro acceder a más tierras, si son caros los insumos, si los discriminan tecnológicamente y en materia de crédito, su único oxígeno es el precio.
En suma, la política irresponsable del Gobierno Nacional de contentarse con su socio del boom sojero ha termindado emblocando a los pequeños y medianos productores en el cuestionamiento a las retenciones junto a los beneficiarios y promotores del lamentable modelo sojero adoptado por la Argentina.
Las retenciones no son el problema. Es más, aún con ellas las utilidades por hectáreas crecen ya que los precios internacionales crecieron más. Menos aún son un problema las retenciones móviles (suben o bajan según se comporten los precios internacionales) y que discriminan en contra de la soja y a favor del maíz y el trigo.
Las retenciones son necesarias ya que permiten captar la ganancia diferencial que surge como resultado de la suba de los precios internacionales (no del esfuerzo del productor), y posibilitan diferenciar entre precios internos e internacionales.
No obstante, tienen el límite de ser un instrumento único que opera sobre una cadena de producción y comercialización donde priman las diferencias y las heterogenidades. Diferencias que exigen más instrumentos y nuevas herramientas (Junta de Carnes, de Granos, de Producciones regionales, etc). Por ende, sólo son sustentables en base a un Plan que replantee el uso y tenencia de la tierra haciendo consistente el desarrollo del sector agropecuario con las necesidades del conjunto de los argentinos.

*Diputado Nacional e integrante de la conducción de la CTA.

RECAPITULACIÓN SOBRE EL LOCKOUT DEL CAMPO Y LA CONFUSIÓN REINANTE

El llamado "paro del campo" es un lockout patronal. Ya sea de pequeños, medianos o grandes productores. Se trata de la reacción del capital a una medida del Gobierno.
Los llamados "pequeños productores y chacareros" no son trabajadores ni peones rurales. Son el equivalente a las PYMES urbanas. Son pequeños empresarios que asumen la producción rural como una actividad comercial a su cuenta y riesgo.
Algunos, salvo que alquilen tecnología de punta, tienen peones acargo. Cuando los pequeños empresarios urbanos explotan trabajadores,defendemos a los trabajadores, no a la patronal.
La actual tecnología, especialmente la sojera, no necesita mano de obra ni propiedad sobre la maquinaria especializada. Se la alquila "para ahorrar costos". Es decir, no invierten ni en máquinas ni gastan en trabajadores. Por lo tanto, no son generadores de fuentes detrabajo.
Ninguno de los padecimientos y reclamos de los peones rurales están contemplados en la protesta actual. Ni siquiera el mismo Moyano, que denunció como "golpista" la protesta agraria dijo palabra alguna de susituación.
La soja, seguirá siendo un gran negocio para muchos, aunque se eleven aun más las retenciones. Con esas retenciones comprará en el curso del año cuatro mil millones de dólares para mantener el dólar alto.
El valor del dólar alto que posibilita una Argentina agroexportadora en que los sojeros hacen fortunas, está mantenido gracias a que todo el país aporta comprando ingentes cantidades de dólares mes a mes para mantener el tres a uno.
Luciano Miguens expresó 'no aflojemos y tengamos coraje', cerrando un discurso encendido. Que el titular de la entidad de terratenientes y grandes cabañeros, asociada históricamente con lo peor de la política y las Fuerzas Armadas, haya estado como referente del lock out patronal, es todo un indicio político sobre quiénes motorizan este "plan delucha".
Pocas medidas patronales han sido de tan manifiesto desprecio hacia la población. Y lo que no deja de asombrar es que la mayoría de los medios pueda considerar "justa" semejante agresión al conjunto de la ciudadanía. No les importa nada, salvo preservar la rentabilidad del capital. En este caso "nada" implica vaciar góndolas de supermercados y estantes de los almacenes.
Derramar la leche en las rutas no es un acto político o depresión contra el gobierno. Es un atentado terrorista contra la población empobrecida o carenciada. Es una muestra más de la insensibilidad y arrogancia de quienes tienen la propiedad sobre los medios de producción de los alimentos
A la hora de tomar ganancias son todos unos neoliberales bárbaros, están todos a favor de la libre empresa y la libre economía de mercado y en contra de las retenciones, pero cuando las papas queman o estaban por perder las tierras hipotecadas, todos les fueron a pedir la escupidera al estado nacional. Se les ha subsidiado el gas-oil y hasta las letrinas donde cagan e igual les parece poco.
Algunos partidos de izquierda, como Convergencia Socialista,dicen que los trabajadores tienen que apoyar a los "productores agrarios"nucleados en la FAA y las demás asociaciones patronales, en vez deadoptar una posición de clase, desde el lugar de los PEONES EXPLOTADOS PORLOS CHACAREROS y las verdaderas FAMILIAS CAMPESINAS explotadas por el mercado y desalojadas violentamente por latifundistas (ni hablar de los obreros de las ciudades que sufren el desabastecimiento). Entusiasmados con una situación en la que se le "pega al gobierno" y en función de cierto dogmatismo ideológico, expresiones tan disímiles como CS, la maoísta Corriente Clasista y Combativa (PCR), o dirigentes mediáticos como Raúl Castells, convergen con la golpista pro-dictadura Cecilia Pando y saludan sin medias tintas la "rebelión agraria contra el gobierno".
La única salida a esta situación pasa por impulsar la reforma agraria, la expropiación de la propiedad agraria y su traspaso a los verdaderos pequeños campesinos desplazados por la soja, necesitados de tierra y al servicio del re-poblamiento agrario, o por la explotación pública directa por los obreros del campo.
Pasa por la nacionalización del comercio exterior y de los puertos privados, por donde los grandes empresarios actualmente contrabandean la exportación sin pagar retenciones. Pasa por la colectivización de la propiedad de la producción de las materias primas y la industrialización de los alimentos, para que toda la población empobrecida y marginada de la Argentina tenga acceso a una alimentación y nutrición adecuada y además, puedan ocuparse en dicha producción.

LA GILADA http://www.dilitio.blogspot.com/ Nº 569 - 27/03/2008 10:34(Nuestramerica)

Las cacerolas de Plata

Para los que dijeron no comprender el voto a Macri en Capital Federal, y el voto anti Cristina Kirchner en las grandes ciudades del interior, anoche (25 de marzo), tuvieron una nueva oportunidad para entender cómo funciona el cerebro (¿cerebro?) de nuestra gloriosa clase media progresista pero hasta ahí.
Anoche vimos reunirse a nuestros profesionales "de izquierda", a las amas de casa "liberales", a los jóvenes estudiantes de privilegio, a los señores ejecutivos de empresas, a algunos "obreros de cuello duro" y, como no podía ser de otra manera, también a algunos idiotas que no tienen un mango pero que por las dudas defienden al patrón, no vaya a ser que se enoje.
Todos agitaban alegremente sus cacerolas, igual que en el 2001: ¿Igual que en el 2001? Para nada. Estas eran cacerolas de plata, no de aluminio. ¡Recoleta, Callao y Santa Fe, Cabildo y Juramento.
Curioso, no hubo cacerolazo en la Boca, ni en Mataderos. Lo que reclamaban anoche todos ellos no era la baja de las retenciones, ni la solidaridad con nuestro campo "agredido" por el marxismo socializante de este gobierno montonero (falta poco para que le agreguen "terrorista" , ya verán). Para nada. Lo que reclamaban era "libertad". Esa libertad de explotación y de ganancia (aunque el "otro" se muera de hambre) que siempre exigió nuestra pequeña burguesía estúpida, sin darse cuenta que la historia ya le ofreció sobrados ejemplos de que esa "libertad" de la que se ufanan sólo sirvió para hacerlos más pobres, menos solidarios, menos independientes y menos cultos.
Manifestaban cual cruzados, agitando sus espadas flamígeras (cacerolas y cucharones) contra el totalitarismo peronista, solidarizándose con nuestra oligarquía ganadera, y con tan poco conocimiento de la realidad que pensaban que brindaban su apoyo al "pequeño productor".
Claro, estas señoras, estudiantes y profesionales que jamás olieron una vaca salvo trozada en la carnicería, no tienen la menor idea que la Argentina no es China ni Rusia. Que aquí no existe el campesinado, y que un "productor" agropecuario que exporta posee por lo menos 300 hectáreas. Bueno, pero eso no es mucho, me dirá usted. Depende. Porque un tipo que arrienda esas 300 hectáreas y planta soja gana 180.000 dólares en un año sin hacer nada.
¿De quién hablamos entonces? Tal vez nos refiramos a los pequeños productores de la pampa húmeda, titulares de 1000 o 1500 hectáreas, que hace 5 años fueron a llorar al Banco Nación para que les refinanciaran los créditos hipotecarios y no perder sus campos. Era justo, y el Banco Nación los refinanció.
¿Quién pagó esa refinanciación? Usted y yo. Esos mismos campos valen hoy 6 veces lo que valían. ¿Eso no tiene importancia? ¿Eso no es "ganancia"?
En su ignorancia, o en su afán de denostar a este gobierno "confiscatorio" - hermosa palabreja utilizada siempre por los que tienen mucho para confiscarles- , no saben (o no dijeron) -que el desabastecimiento anunciado no se producirá por las retenciones, sino por la deshonestidad básica de esa oligarquía agroganadera que, mientras dice que "así no les conviene trabajar y que el campo quebrará", han seguido exportando como si nada durante el paro. Pero en Argentina no habrá carne, ni leche.
Esa misma señora tonta que ayer agitaba su cuchara, irá hoy al super y dirá cuando no encuentre leche para sus hijos: "eso es culpa de esa comunista". Mientras tanto, el señor que ella salió a defender anoche se embolsará con una sonrisa irónica muchos miles de dólares más.
Se habla hoy de que "el gobierno está fracturando a la sociedad". Es mentira, claro, pero es otra muletilla apta para que "damas" como Cecilia Pando salgan a marchar agitando nuevamente el fantasma de un golpe de Estado que nos defienda del marxismo apátrida, que agita su trapo rojo desde los balcones de la Casa Rosada.
La sociedad argentina está fracturada desde 1852. Esa fractura se ha evidenciado en cada oportunidad en que la sociedad tuvo que optar por un modelo nacional y popular o un modelo oligárquico, capitalista y dependiente. Esa fractura tiene un nombre: se llama lucha de clases.
Anoche no sucedió nada especial, salvo otra muestra de la estupidez de nuestra pancista clase media que, como decía, evidencia una inusual discapacidad para entender la realidad y de qué lado debe ubicarse: los mismos bancos extranjeros que les robaron sus ahorros en el 2003 tienen como personeros locales a esos terratenientes cuya "libertad"para seguir explotándolos salieron a defender anoche con sus ollitas. Y el otro tema que se agitará hoy es el "patoterismo peronista", ya casi un cliché en los 70, que resurge rejuvenecido en los 2000.
Tampoco saben de lo que hablan. Yo vi anoche como no más de 1.500 manifestantes peronistas le perdonaban la vida y la salud a más de 5.000 audaces que intentaron impedirles el ingreso a la Plaza de Mayo. Vi claramente cómo, durante casi quince minutos, esos 5.000 caceroleros libertarios gritaban e insultaban formando una barrera que impedía el paso a los "negros cabecitas". Claro, los vi también huir despavoridos y en desbandada cuando los "peronachos" se cansaron de esperar y gritaron: ¡Buu! Aclaro que D'elía está muy lejos (lejísimos) de ser santo de mi devoción, pero debo reconocerle anoche la prudencia. Ningún valiente cacerolero terminó herido o lastimado seriamente, pese a la supremacía numérica de los "negros peronistas", que solamente eran superados 4 a 1.
Por último, lo que está claro es que, como dicen todos, hay que encontrar una solución, y esto es muy simple: el campo debe ceder. Porque cuando hay que elegir entre la redistribución de la riqueza o la concentración de la misma, no puede haber duda alguna. Si el campo no cede y continúa el paro, pero los pobres productores siguen exportando como hasta hoy, quedará claro que mienten, porque nadie en su sano juicio continúa haciendo un negocio que no le es rentable.
Será entonces el momento de aplicar la Ley de Abastecimiento. Si esto no funciona, habrá que prohibir las exportaciones de todo aquel que no levante el paro. Si esto no funciona tampoco, habrá que preguntarse de qué nos sirve tener un productor agropecuario como dueño de un campo, que no entiende que antes de su beneficio individual está el beneficio nacional.

Enrique Gil Ibarra - 26 de marzo del 2008 (Nuestramérica)

jueves, 27 de marzo de 2008

Difícil separar la paja del trigo

Es evidente que la soberbia de la presidenta fue justo lo que necesitaban los sectores del privilegio que encabezan la protesta rural. Sus declaraciones fueron como una chispa que movilizó a sectores medios altos que viven de la renta agraria, y a otros de la misma clase, que se le "solidarizan".
Lamentablemente, pretenden arrastrar a sectores populares disconformes con el gobierno, pero por otras razones. Por eso es importante que no nos dejemos confundir, porque ya las consignas golpistas se empiezan a sentir cada vez más.
Hoy la renta agraria se divide en tres partes casi iguales: 1/3 para los productores, 1/3 para el gobierno, y 1/3 para las multinacionales exportadoras. Los ruralistas sólo reclaman el tercio del gobierno, y guardan silencio frente al negociado de las multinacionales. La propia Federación Agraria, que representa a pequeños productores con quienes somos solidarios, no se diferencia hoy de la Sociedad Rural y sus socios.
Lo que hoy ocurre es producto de los desaciertos del gobierno en materia agropecuaria, que aplica los mismos impuestos a grandes y a chicos, y hace negocios con las multinacionales. Al igual que en materia minera y petrolera, entrega nuestros recursos y nuestro trabajo al extranjero.

Por eso Proyecto Sur, reclama en lo inmediato:
1) Creación de la Junta Nacional de granos y la junta de carnes que monopolice el comercio exportador en manos del Estado (tal como lo hacen Canadá y Australia)
2) Retenciones diferenciadas para productores grandes y chicos
3) Utilización de las retenciones para promover la educación, la salud y el trabajo de todos.

Hugo Kofman
Integrante de la Junta Promotora Provincial
De Proyecto Sur - Santa Fe

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